Durante los últimos 25 años, la cantidad de trabajadores que viven en condiciones de pobreza extrema ha disminuido de manera significativa, a pesar del impacto de la crisis económica de 2008 y las recesiones globales. En los países en desarrollo, la clase media representa hoy más del 34% del empleo total, una cifra que casi se ha triplicado entre 1991 y 2015.
Sin embargo, mientras la economía mundial sigue su proceso de recuperación, estamos observando un crecimiento más lento, un aumento de las desigualdades y una escasez de empleos para absorber la creciente fuerza laboral. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en 2015 había más de 204 millones de personas desempleadas.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible buscan impulsar un crecimiento económico sostenible mediante el aumento de la productividad y la innovación tecnológica. Fomentar políticas que promuevan el espíritu empresarial y la creación de empleo es crucial para alcanzar este objetivo, al igual que implementar medidas efectivas para erradicar el trabajo forzoso, la esclavitud y el tráfico humano. Con estas metas en mente, el objetivo es lograr empleo pleno y productivo y un trabajo decente para todos los hombres y mujeres para 2030.